Si hay algo que diferencia a Londres de otras ciudades es el color rojo de sus buzones, autobuses y cabinas telefónicas. Pero, ¿acaso os habéis preguntado por qué este color? Todo tiene una explicación.
BUZONES:
Los primeros buzones o postboxes de Londres se pintaron de color verde oliva, y más adelante, el verde bronce pasó a ser el color estándar. En un principio, se escogió el verde para mimetizar los buzones con la vegetación del paisaje de la ciudad. Pero resultaron ser tan discretos, que ni siquiera los vecinos eran capaces de encontrarlos. Se camuflaban con la vegetación, y la neblina o la contaminación, tampoco les hacían justicia. Tras las quejas vecinales y de los carteros, se estudiaron colores alternativos y los buzones pasaron a ser marrón chocolate (gracias a una capa de barniz). Sin embargo, a pesar de la inversión que ello supuso, este color tampoco terminó de gustar a los londinenses. Finalmente, en 1984, se adoptó el rojo brillante como alternativa.
A lo largo de la historia, el diseño de los buzones ha ido variando por diferentes motivos (por encargo Real, por mejoras en el diseño, como la inclusión de un dispensador de sellos, entre otras cosas.), pero desde 1984, su color no ha vuelto a variar.
CABINAS TELEFÓNICAS:
La cabina telefónica roja o red telephone box de Londres es uno de los elementos más característicos de la ciudad. Estas cabinas, más conocidas como kioskos, fueron originalmente diseñadas por el arquitecto inglés Giles Gilbert Scott. En 1912, la oficina de correos, las tiñó de su color corporativo al igual que había hecho con los buzones. Las cabinas se repartieron por el Reino Unido, Malta, Bermuda y Gibraltar.
Con el paso de los años, los kioskos se fueron retirando de las calles por desuso. Hoy en día, es bastante difícil encontrar algún ejemplar fuera de Gran Bretaña, y más concretamente, de Londres, donde se concentra la gran mayoría de ejemplares por considerarse icono de la ciudad.
AUTOBUSES DE DOS PISOS:
El Routemaster o double-decker bus, desarrollado por la empresa AEC y el London Transport, es otro de los iconos característicos de la ciudad.
En 1997, después de su privatización con Margaret Thatcher, todos los autobuses pasaron a ser rojos por ley (aunque, en realidad, la mayoría de autobuses ya eran rojos). Tras la retirada del modelo original en el 2000, se introdujo un nuevo modelo de double-decker, en 2012, muy similar al modelo original.
En 1997, después de su privatización con Margaret Thatcher, todos los autobuses pasaron a ser rojos por ley (aunque, en realidad, la mayoría de autobuses ya eran rojos). Tras la retirada del modelo original en el 2000, se introdujo un nuevo modelo de double-decker, en 2012, muy similar al modelo original.
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